El pesado lastre de Zapatero

Red de ferrocarriles prevista para 2020 (Imagen: img97.imageshack.us)

El presidente José Luis Rodríguez Zapatero siempre ha destacado en el arte de predicar una cosa y hacer justo la contraria. No hace falta recordar sus promesas acerca de la legislatura del empleo, que luego fue del paro; los 400 euros dispensados en época preelectoral, que acabaron convirtiéndose con el tiempo en un recorte del 5% a los funcionarios y cerca de dos millones de parados más en el sector privado entre 2008 y 2010…

El caso es que todas esas equivocaciones tan poco sociales no suceden porque sí, sino que son consecuencia directa de la política económica que aplica cada Gobierno, y los de Zapatero empezaron en 2004. «No os fallaré», aseguró el presidente tras ganar las elecciones a Mariano Rajoy, pero ahora sabemos que esas palabras no iban dirigidas en realidad a los ciudadanos, sino a las grandes constructoras, el sistema financiero y cuatro grandes compañías españolas más, todas ellas empresas que cotizan en Bolsa.

Se trata de las mismas corporaciones que, para preparar el terreno a los recortes presupuestarios de carácter social que se avecinaban, impulsaron la primavera pasada la campaña publicitaria ‘Esto sólo lo arreglamos entre todos.org’. Es, entre otras grandes patronales, la de la construcción Seopan, cuyo presidente David Taguas felicitó a Zapatero con un mensaje de texto enviado a su teléfono móvil («Bravo, Presidente!») nada más anunciar éste, el pasado 12 de mayo, el recorte salarial a los empleados públicos en 2010 y 2011 y la congelación de las pensiones.

El catedrático de Política Económica Antón Costas habla, «por un lado, de un segmento empresarial de pocas (no más de seis) pero muy influyentes grandes empresas constructoras que viven de la obra pública, y por otro, de un capitalismo rentista que vive de las primas y de la especulación con las concesiones»

Ahora estamos a menos de diez días de la fecha en que el Parlamento debe aprobar los Presupuestos Generales de 2011 y todo indica que Zapatero deberá plegarse a las exigencias del PNV para sacarlos adelante. Más allá de lo que estos apoyos puedan suponer, lo importante es a qué se destinan los recursos públicos para salir de la crisis lo antes posible, y ahí el catedrático de Política Económica de la Universidad de Barcelona Antón Costas ha indicado claramente el camino en un artículo publicado ayer en El País Negocios titulado ‘Capitalismo amamantado y pedigüeño’.

La receta de Costas es ser capaces de vender los productos españoles tanto dentro del país (sustituyendo importaciones) como en el exterior con una economía productiva abierta, avanzada tecnológicamente y competitiva, como hizo Finlandia tras la crisis de primeros de los noventa (ahí está Nokia).

En el actual caso español, sin embargo, Costas considera que «ese cambio está lastrado por un capitalismo amamantado desde los presupuestos públicos que, como una rémora, succiona recursos y retrasa el avance. Hablo, por un lado, de un segmento empresarial de pocas (no más de seis) pero muy influyentes grandes empresas constructoras que viven de la obra pública, y por otro, de un capitalismo rentista que vive de las primas y de la especulación con las concesiones, y cuyo ejemplo más conmovedor es el bienintencionado y manirroto modelo español de subvención a las energías renovables».

Cartel electoral del PSOE en las generales de 2008 (Foto: t2.gstatic.com)

Costas enumera cuatro motivos por los que «la influencia de ese capitalismo de presupuesto público es un lastre para el avance hacia una economía competitiva y exportadora que necesitamos»:


Primero, porque la gran obra pública en España ha entrando en una fase de productividad decreciente, cuando no de despilfarro (…) Hemos de preguntarnos por su necesidad, su eficacia, por cómo se pagará y ante todo por su coste de oportunidad, es decir, aquello que dejamos de hacer (escuelas, I+D, formación de los parados, etcétera) para seguir haciendo aeropuertos, autovías o AVE. Y cuando nos hacemos estas preguntas, las respuestas asustan.

Segundo, la política energética, y en particular el modelo de primas a las renovables, no tiene pies ni cabeza. No es fácil hacerlo tan mal. Cuesta imaginar una política energética más desquiciada, cara, ineficiente e insostenible. Un resultado así solo se consigue combinando intereses privados con buenas intenciones públicas.

Tercero, es un capitalismo que ha llegado a una fase propensa a la corrupción y al fraude. Solo hay que leer la prensa y los informes oficiales para comprobarlo.

Cuarto, y para mí más importante, porque es como colesterol malo para el espíritu del buen capitalismo competitivo que necesitamos, lo deslegitima socialmente, al basar la rentabilidad de los negocios en las primas y la especulación con las concesiones, y no en el beneficio que surge del esfuerzo y del riesgo empresarial.


Por lo que a mí respecta, no me cabe la menor duda de que en la Oficina Económica de Moncloa (donde se cocinan realmente los Presupuestos, no en el Ministerio de Economía) tendrán muy en cuenta estos consejos del profesor Costas para evitar que su eventual aplicación amenace la cotización bursátil y cuenta de resultados de las mencionadas grandes sociedades anónimas.

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Un comentario en “El pesado lastre de Zapatero

  1. ¿Demasiado grandes para caer? Al parecer, las concesionarias de autopistas serán salvadas de la quiebra por consenso parlamentario. Todas pertenecen a las principales constructoras españolas, con presencia internacional, y detrás de ellas están los grandes bancos que les prestaron miles de millones de euros. El próximo 16 de Noviembre podría aprobarse el paquete de ayuda en el Congreso por importe de 250 millones de euros. «El País» lo contó así: http://www.elpais.com/articulo/economia/partidos/salvaran/quiebra/concesionarias/autopistas/elpepieco/20101108elpepieco_1/Tes
    Así cualquiera hace negocios.

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