Solo en un país políticamente tan bananero como España sucede que, siete años después, el único condenado hasta ahora por el mayor caso de corrupción política de la historia reciente del país, el caso Gürtel, es el ex juez instructor, Baltasar Garzón, que fue expulsado de la carrera judicial por haber ordenado grabar las conversaciones de detenidos con sus abogados.
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