Tras las elecciones al Parlamento Europeo de hace menos de una semana los partidos europeístas (populares, socialdemócratas, liberales y verdes) han conservado el poder de decisión pero con la extrema derecha (los grupos Conservadores y Reformistas e Identidad y Democracia principalmente) pisándoles los talones y quedando campeones en Italia, Bélgica, Austria y Hungría, y segundos en Alemania, Francia, Polonia y Países Bajos.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, se dirige a la Conferencia de Seguridad de Múnich, que reúne a 150 países entre el 17 y 19 de febrero (Foto: Michael Probst / AP)
Ucrania, el pueblo ucraniano a uno y otro lado de las líneas del frente, lleva un año de muerte y destrucción atrapado en un conflicto entre Rusia y Estados Unidos, junto a sus aliados, que desgraciadamente no tiene visos de acabar pronto. Una de las razones por las que esta guerra puede durar mucho todavía es que la posición de Occidente es muy cómoda y especialmente lucrativa para su industria militar, ya que quienes ponen la sangre son los soldados y civiles ucranianos mientras que los aliados no van a desplazar tropas propias al escenario bélico ni tampoco van a enfrentarse a los cazas rusos decretando un cierre del espacio aéreo. Los occidentales solo van a prestar soporte y ayuda humanitaria, defensiva y letal, lo que ya se ha traducido en más de 40.000 millones de euros en armamento.