Ucrania, el pueblo ucraniano a uno y otro lado de las líneas del frente, lleva un año de muerte y destrucción atrapado en un conflicto entre Rusia y Estados Unidos, junto a sus aliados, que desgraciadamente no tiene visos de acabar pronto. Una de las razones por las que esta guerra puede durar mucho todavía es que la posición de Occidente es muy cómoda y especialmente lucrativa para su industria militar, ya que quienes ponen la sangre son los soldados y civiles ucranianos mientras que los aliados no van a desplazar tropas propias al escenario bélico ni tampoco van a enfrentarse a los cazas rusos decretando un cierre del espacio aéreo. Los occidentales solo van a prestar soporte y ayuda humanitaria, defensiva y letal, lo que ya se ha traducido en más de 40.000 millones de euros en armamento.
Tanto el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, como la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, han pedido a sus aliados más apoyo militar a Kiev en la Conferencia de Seguridad de Múnich (MSC, Munich Security Conference), que se está celebrando este fin de semana en Alemania. Asimismo, Von der Leyen defendió la adopción de una estrategia europea para coordinar el envío de armamento a Ucrania que pase por la firma de un acuerdo con la industria armamentística. Estamos hablando de la fabricación de suministros militares por parte de los principales exportadores mundiales en ese campo entre 2017 y 2021, después de USA (39% de cuota) y Rusia (19%): Francia (11%), Alemania (4,5%), Italia (3,1%), Reino Unido (2,9%) y España (2,5%).
Foto: Michael Probst / AP
Foto destacada: La Izquierda Diario / Efe/Epa/Alessandro Guerra (Niñas en Mariupol)
Entradas relacionadas
- A quién beneficia la guerra en Ucrania
- NATO Summit Madrid, tambores en la línea de fuego
- Ucrania: Europa no debería tolerar otra guerra en su propia casa
Para leer más: Ucrania