Alierta cree que puede cobrar a Google

Las alegres declaraciones realizadas por el presidente de Telefónica, César Alierta, el pasado 5 de febrero, en las que planteó cobrar a Google y Yahoo!, entre otros motores de búsqueda, por utilizar sus redes no sólo sorprenden por aquello de que no se debe morder la mano que te da de comer sino que descalifican al autor para presidir la quinta operadora mundial de telecomunicaciones.

Ya sabemos que Telefónica es una compañía privatizada, que heredó la red pública de líneas, y que está acostumbrada a tener un mercado cautivo, sólo lenta y tímidamente abierto a la competencia por presiones de la Unión Europea (los sucesivos gobiernos españoles sabrán por qué). Como consecuencia de ello, los usuarios de telecomunicaciones españoles son de los europeos que más pagan por la banda ancha (a pesar de ser cinco veces más lenta que la francesa) y los que abonan las llamadas de móvil más caras de toda la OCDE, según datos del primer semestre de 2009.

Pese a ello, en España hay 9,5 millones de líneas de banda ancha (el 44,6% de las viviendas) y el 57% de los internautas ya acceden a la Red desde dispositivos móviles, según el informe ‘La Sociedad de la Información en España 2009’, de la propia Telefónica.

La Administración española ha destinado 1.516,4 millones de euros en 2009 al Plan Avanza 2 para impulsar la expansión de Internet, del que algo se beneficiará Telefónica, y precisamente Internet es el único negocio de telecomunicaciones de España que creció en ingresos el año pasado (un 0,50%), pese a la crisis económica.

El argumento de César Alierta es que “la inteligencia está en la Red, y las redes son nuestras”, de modo que no sólo planea cobrar a los buscadores, sino también a los particulares que inventen cualquier aplicación como por ejemplo el iPhone, apuntó, utilizando las plataformas de Telefónica y tampoco se escaparía de este afán comercial el negocio en la nube que ofrece Google (gmail, compartir documentos, mapas, imágenes, mensajería instantánea…).

El anterior argumento de que “las redes son nuestras”, así como el de “lo hacemos todo”, es tan consistente como si las concesionarias de autopistas pretendieran cobrar a Repsol o Cepsa por ganar dinero con el combustible de los automóviles y camiones que circulan por sus vías.

Nunca las operadoras habían adquirido la más mínima responsabilidad sobre las aplicaciones, interactividad y contenidos que se vierten desde todos los puntos del planeta a la Red

Obviamente, Telefónica no es más que un canal de acceso a Internet, como también lo es la televisión digital TDT, que muy pronto le hará la competencia, pero nunca las operadoras habían adquirido la más mínima responsabilidad sobre las aplicaciones, interactividad y contenidos que se vierten desde todos los puntos del planeta a la Red. Prueba de ello es que en la pelea de los editores de periódicos y defensores de la propiedad intelectual contra Google y otros buscadores Telefónica, la británica Vodafone o France Telecom (Orange) han estado bien calladitas, a pesar de que los internautas que realizan las supuestas descargas ilegales y leen las noticias supuestamente protegidas por derechos de autor pagan a las compañías de telecomunicaciones para poder navegar, no a Google, que vive de la publicidad en Internet entre otras cosas.

Pero lo que inhabilita automáticamente a Alierta para ser presidente de una gran operadora como Telefónica es el desconocimiento profundo de Internet que traslucen sus palabras, la constatación de que como persona sigue en la brecha digital y que realmente habla de lo que desconoce.

En primer lugar, porque Internet se basa en el tráfico de enlaces intermediado en gran parte por los buscadores ¡Por favor, que alguien en Telefónica le explique a Alierta algo de posicionamiento en buscadores (ESO en sus siglas en inglés), materia sobre la que una semana antes en Bilbao, ciudad donde se produjeron las polémicas declaraciones, se celebró el Search Congress Bilbao patrocinado por Google!

Sin lugar a dudas, Google excluiría a Telefónica de Internet, y no al contrario, si la compañía española lo llegara a plantear ante la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos (FCC) y el Gobierno de Internet (ICANN).

En segundo lugar, porque el Gobierno de Estados Unidos, que es quien controla afortunadamente la Red, ya ha advertido las intenciones de las operadoras de telecomunicaciones de moldear el flujo de los contenidos de Internet en provecho propio y ha propuesto unas normas de “neutralidad en la Red” que previsiblemente se votarán este mes de febrero en la Cámara de Representantes.

El objetivo del Gobierno Obama es asegurar el futuro de una “Internet abierta y neutral” con dos nuevas reglas, que se sumarían a las cuatro existentes, que afectarían también a los proveedores inalámbricos. La primera regla impediría que los proveedores de acceso a Internet discriminen contenidos o aplicaciones, al tiempo que permitiría una gestión razonable de la Red, y la segunda garantizaría la transparencia de los proveedores de acceso sobre las prácticas de gestión de Internet que implanten.

Y en tercer lugar, porque la Comisión Europea ha apostado plenamente por la “Internet de los objetos” como factor de desarrollo económico para los próximos años, “una serie de tecnologías que, combinadas, podrían en los próximos 5 a 15 años modificar radicalmente el modo en que funcionan nuestras sociedades”, según señala en su Comunicación del 18 de junio de 2009.

En definitiva, una Internet basada en “el desarrollo de arquitecturas descentralizadas” y que promueva “una buena gestión compartida y descentralizada”, según aprobó el Consejo de la UE en 2008 en el marco de la Estrategia de Lisboa.

Justo todo lo contrario del cerril, autosuficiente y miope “lo hacemos todo” de César Alierta. Con lumbreras así al frente de las operadoras, ¡cómo no va a estar buena parte de Europa con casi una década de retraso con respecto a Estados Unidos en implantación y desarrollo de las nuevas tecnologías de la información!

Vídeo: NegoPolis
Foto destacada: Bolsa Digital

Respuesta